domingo, 21 de julio de 2013

Embalse el Yeso con Jorge Excursiones (Parte 1)

¡Hoy damos inicio a nuestras crónicas viajeras! En esta oportunidad, quiero comentarles de una de las excursiones más bonitas que he hecho. A modo de contexto, aunque vivo en Santiago y estoy relativamente cerca del Cajón del Maipo, nunca he podido conocerlo como quisiera porque se requiere un vehículo grande y un buen conductor. Por esta razón, el día en que encontré una excursión organizada y vi que era un precio accesible, le dije a mi amada polola Ana si es que quería venir y nos lanzamos a la aventura. 


Nuestro punto de encuentro fue la famosa y céntrica Plaza Italia. Teníamos que estar a las 08.30 am para poder juntarnos con don Jorge, que era el organizador y gestor de esta aventura que tendríamos. En un principio, como buenos jóvenes desorientados, fuimos preguntando a cada grupo de turistas en la zona si es que iban al embalse el Yeso. Lo más gracioso fue cuando le preguntamos a un turista asiático y nos contestó algo que no entendimos y se fue, jajajaja. Al final, fue Jorge quien nos terminó encontrando y juntando con el grupo.
Otro de los guías conversando con gente de nuestro grupo, y el perrito durmiendo al sol.
Éramos 23 personas, muchos correspondían a turistas españoles (que manera de pelusear y reírnos), colombianos, asiáticos y unos poquitos chilenos. Una de las cosas que nos contaba Jorge era que recién desde hace unos años los chilenos han comenzado a hacer estas salidas y conocer más de los alrededores de Santiago a través de estas excursiones.

Nos dividimos en un furgón Kia Besta y una Mercedes Benz Sprinter. En el camino, Jorge les iba comentando sobre los lugares que veríamos, los tiempos de viaje estimados, y yo le señalaba a los turistas españoles el porqué de los cambios de nombre en las avenidas. Cerca de las 11 de la mañana, nos detuvimos cerca de San Gabriel para pasar al baño y comprar unas cosas. Como yo soy algo despistado, llevé de todo a la excursión, menos almuerzo, así que compré una empanada de pino.

Seguimos en el camino y comenzó el camino de ripio hacia el embalse. A medida que avanzábamos, con Ana nos íbamos felicitando por haber tomado la opción de esta excursión, pues va a pasar harto tiempo antes de que tengamos un auto capacitado para caminos como éste y que uno de los dos sepa conducir también a la altura. Habríamos postergado conocer un lugar tan bonito. Cerca de las 12.00, mirando la hora en mis fotos, nos detuvimos en una parte del camino que hacía de mirador. Nos tomamos varias fotos entre los turistas. Ella se veía muy feliz con la idea de estar en la nieve y conocer un lugar bellísimo.
El Mercedes Benz Sprinter de nosotros y el Kia Besta del resto del grupo.
Vista desde el camino al embalse. ¡Se veía precioso!
El río Yeso (afluente del Maipo) y las montañas cercanas al embalse.
Ana y yo con el paisaje de fondo.
Anita muy feliz con la nieve de fondo.
Continuamos el camino hacia el embalse, a medida que avanzábamos veíamos pedacitos de hielo más grandes, hasta que en un momento el camino estaba rodeado de nieve. ¡Primera vez en mi vida que veía tanta nieve junta! Nos estacionamos en uno de los refugios que se construyeron en los 60s para la gente que construía el embalse. Estas aguas son muy importantes para Santiago dado que son su fuente de abastecimiento de agua potable.
El Mercedes Benz Sprinter estacionado en el sector de los refugios.
En el lugar, nos dedicamos a jugar un rato con la nieve, tirándonos pelotas de nieve, sacándonos fotos, sacándole fotos a otros miembros del grupo. Por lo demás, otras personas que venían en sus vehículos se quedaban ahí para preparar asados, jugar con la nieve o seguir por el camino de barro hacia el embalse como nosotros.
Anita muy contenta con la nieve
La vista hacia la Cordillera. Creo que ese es el cerro Mesón Alto.
Anita y yo en la nieve.
Rumbo al embalse el Yeso.
Estuvimos alrededor de 1 hora caminando desde el refugio, mientras lo hacíamos fuimos jugando con la nieve, subíamos de repente por la ladera, intentamos hacer un angelito, hicimos un mini monito de nieve, y yo también aproveché un poco la altura para sacar fotos del camino. Lo que más nos sorprendió fue ver un Escarabajo (Volkswagen Beetle) subiendo. Se veía todo tipo de vehículo, pero realmente nos parecía irresponsable exponerse a quedar tirado en ese lugar, sobre todo un día festivo.
El camino desde la ladera.
Un Poncho subiendo.
El río Yeso
Yo feliz subiendo un ratito
Llegando al embalse.
Anita feliz y el cajón del Yeso de fondo.
Cerca de las 13.45 vimos el embalse, el cual se veía realmente hermoso. Como grupo, nos fuimos a sentar a una rocas para devorar nuestros almuerzos. La empanadita de pino que me compré me salvó mucho el apetito, Ana se había llevado unos fideos con vienesa. En el camino también vimos un ave muy hermosa y simbólica. El sol estaba pegando muy muy fuerte, así que con Ana nos pusimos bloqueador solar, yo usé el gorro de la parka para que no me doliera la cabeza después.
Anita y yo felices con el embalse.
Los dos felices juntos.
La vista del embalse desde las rocas.
Don Jorge, su familia, y otros miembros del grupo almorzando.
Los precipicios que van desde el camino hasta el embalse.
Y sigue... ¡en otra entrada!

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